sábado, 2 de agosto de 2008

Tortura en presente (al lector)

(calidad vs. cantidad) Prueba textual y ridícula.

"Ayer soñé con vos, estabas en la esquina que siempre decís está vacía, y con todo y la lluvia no te movías."
No, no importa cuantas veces lo piense la niña no lo dice. Sabe muy bien que después viene un relato y con ese una confesión. No está de humor.
Piensa entonces en levantarse y alejarse, negar la situación. Eso tampoco sirve. Él está ahí, la ve y no le interesa, ella sabe que a él no le interesa.
Se pregunta si sirve de algo preguntarse tanto, se ha convertido en una inútil llena de preguntas tan inútiles como ella. Se pregunta de nuevo, antes de volver a pensar esa linea. No la dice.
Lo mira, él ya no la ve. Él no sabe, algo le pasa. Si se moviera tal vez, si dejara el lapicero caer...
Ya no vale la pena, todo se ha convertido en una monotonía fatal, dentro de su cabeza. El llanto es inevitable, se despide.
Mientras camina lucha por no buscar su sombra, sabe que a él no le interesa. Piensa que debió haberlo dicho, expresar las cosas siempre es bueno.
Que si no pensó en la posibilidad de ellos luego del caos. Claro que pensó, pero es simple: no se atreve. Una navaja con corazón es impensable.
Se fue, y ella también... Pero ahí no puede acabar la cosa. Ella sabe que de nuevo le va a llamar con sollozos en la garganta. Ella sabe que entre sueños, de nuevo no se va a dar cuenta, pero en el fondo sabrá el problema. Ella sabe, pero se niega las cosas, mientras empuja la puerta y se deja tragar por la sombría soledad de la casa. Después de todo, se supone que nadie puede soportarla.

No hay comentarios: