miércoles, 20 de agosto de 2008

Podrás contar con aquello que te haga falta...

Por que aunque a veces la lucha no parece suficiente, o te has dejado llevar por lo que tenés mas cerca. Hay instantes en los que te dejás caer y está cómodo allá abajo. Hay instantes en los que no querrás moverte un centímetro: te pesan las responsabilidades que con entusiasmo aceptaste.
Pero si lo buscás (por que tenés que buscarlo) podrás contar con aquello que te haga falta: esa sonrisita tímida de una pequeña de me menos de 4 años, o el calor de la cocina donde la niña Marcela tiene cocinandose tu almuerzo. Podrás contar con ese pequeño empujoncito que necesitabas, cuando mires a los ojos a los don Julios que vas a encontrar y veas en esos ojos entre tu reflejo y la verdad, la ilusión y el amor que con tan solo estar ahí les has brindado. Y sabrás que el domingo, cuando finalmente conozcas a la esposa de don David, verás en una joven de tu generación la idea de creer en otros.
Y no es que quiera decir que la lucha termina con esos brillos en los ojos de otros, no. Es que al verlos sabrás lo mucho que te falta y que esos ánimos que has ido cultivando no deben acabarse nunca, por que encontrarás suficientes razones para nunca detenerte.

Y sí, a veces estarás respirando los últimos alientos, entre desesperación y cansancio, y habrás de olvidarte del mundo y de ti y dejarte hundir. Pero con eso basta para recuperarse, una noche de sueño o un buen desayuno. Por que ellos no pueden acostarse entre las sabanas tibias de ese colchón que se ajusta exactamente a la espalda y escuchar la radio mientras pasa la tormenta. Por que no podés imaginarte lo que es salir en la lluvia a poner un plástico sobre el techo para que el agua caiga en la cocina y no en la cama de tus hijos. Por que no podes imaginarte que se siente escuchar ese ruido de gotas de lluvia sobre la lámina y acordarte de los jóvenes que la pusieron. Y como la niña gritó cuanta palabra soez pudo pensar cuando casi se le cae la mano por poner el techo bajo el que dormís.
Pero si podés (y lo hacés) imaginar como luego de arreglar el suelo de la casita nueva, ellos irán pensando en mandar a los hijos un par de kilómetros mas lejos, que terminen el bachillerato. Quizás luego busquen algo mas allá de lo que tenían, comenzar una panadería dijo la Trini, y así...

Ay pero el tiempo no te va a alcanzar. No te preocupés, no es lucha de una sola persona. Y atrás tuyo, en el resto del bus, van dormidos el resto... Solo basta que abrás los ojos, despertés y los veas. Y si te fijás bien, verás que no todos van dormidos, no todos descansan todavía, no todos creen que con llegar a casa va a bastar por el momento...
Solo falta que busqués, y ahí estarán.

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