lunes, 23 de febrero de 2009

Saberte libre

"Oye: yo era como un mar dormido.
Me despertaste y la tempestad ha estallado.
Sacudo mis olas, hundo mis buques,
subo al cielo y castigo estrellas,
me avergüenzo y escondo entre mis pliegues,
enloquezco y mato mis peces.
No me mires con miedo. Tú lo has querido.
"

Se dice que con los fríos de la madrugada, cuando llegan las cinco, todo rostro se desvanece frente al chocolate, logrando contagiar sus manchas hasta la nariz. Se dice que este dulce alimento recuerda a la sensacion producida por creer las mentiras que escupe una boca que conquista.
Ambas cosas son mentiras, pero es innegable que llenarse la nariz comiendo chocolate, y creerse las mentiras, son parte de los errores bellos de esta vida.
Pero no hay sensacion mejor que luego de lavarse la cara, enfrentarse a una cucharita para evitar que vuelva a suceder...

Es lo mismo en este caso, enfrentándome a Alfonsina Storni y a Frank Sinatra mientras siento el aire fresco en mi rostro recién lavado. Escuche decir miles de veces que dichos como "un clavo saca a otro clavo" es lo que nos terminan hiriendo. ¿Alguien que lea ahora, alguna vez considero que si el clavo que se usa no necesariamente se clava en el objeto, puede el otro de hecho salir?

Da risa considerarlo, que un juego nada inocente y falto de sentimientos, llegara a tener utilidad al momento de dejarse llevar en una madrugada como esta, cuando jugábamos a estar enamorados y me di cuenta despacio, que lo quería. Pero da mas risa si se compara ese falso querer con los que antes tuve; y se ve en ellos una similitud simple: el calor de la sonrisa propia.

Da vergüenza escribir de forma tan personal, pero es necesario sonreír de forma publica días antes de la erradicacion del sitio para fines prácticos, pues esta libertad sabe distinto, esta sabe a que finalmente el recuerdo de todos (y hasta tropezarme con el peor de los demonios en la luna una noche de jueves) se va por el drenaje como chocolate, dejando en mi una capa de inmunidad deliciosa y quizás hasta cierto punto saludable.
¿Quien dijo que besar jóvenes me haría daño?



*Dispense usted los horrores de ortografía, la falta de tildes del teclado y la hora del día me impiden bajo cualquier termino arreglarlos.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Aunque vengas de rodillas... y me llores y me pidas... ♫

Y es que siempre, cuando llego a la ultima pagina, estoy con el sentimiento que se tiene cuando muere un personaje. Paso pagina tras pagina esperando a que se mueran, y cuando se mueren se me queda trabado el sentimiento hasta la ultima...
Por eso no leo de noche, por eso nunca termino libros; por que terminar los libros y leerlos de noche me quita el sueño y toda inspiración.
Por que no soy la misma desde hace ya años cuando se murió Rocamadour...
Y ahora que se muere Andrés Asencio, ahora me doy cuenta que los mexicanos no me caen del todo mal...
Tengo que volver a leer en otros idiomas, quizás me quite esto de que todos los libros me dejan un sabor extraño, como de chiquita el día de la cruz...

Supongo que a veces el pero sin embargo ya no me da risa... supongo que a veces suponer no basta. Pero si pues, ahorita si me hace gracia. Y mas eso de levantarme a la una y media de la mañana para no encontrar a nadie en internet y ponerme a escupir estupideces en el sitio. Por que la decadencia ya es poco y todo lo que decía... ya borre mis palabras y mis no-palabras, desde que te fuiste.

Pero sin embargo... (risa estúpida) dicen que esta gordo, el tipo, no vos, de vos nadie dice nada... Si suponiendo estoy, debería suponer que tengo que deshacerme del sitio, por que era para vos, ¿no?

Si suponiendo estamos, supongamos que hoy dormimos soñando, para no tener sueños mañana... Para que ya te borres estúpido, y para no darte la carta...
Para de verdad no volver a acercarme a esa tu universidad maldita, que desde que fui la primera vez con mi prima a los 13 añitos me dejo hechizada y queriendo volver a buscar gente como había...

Supongo que me da risa, cuando creo que me estoy viendo me da risa y me olvido mientras canto las canciones que retumban en este cuarto olvidado...

Que te vaya bien supongo, donde sea que estés, por que se que estas acá, en alguna calle buscando alguna cosa que hacer para no pensar en lo que no hiciste, como yo. Por que siempre fuimos demasiado parecidos, pero no lo suficiente.

Trigésimo-tercera Situacion Comerciable

Las inoportunidades vienen cuando frente a un espejo, hablando por teléfono, ves una pequeña espinilla en la parte de arriba de la frente. Y pensando en el placer de sacarte la grasa de la cara, ves tus uñas, incapaces, escuchás el silencio por el auricular y te das cuenta que en la cartera llevás de arriba para abajo; una carta que en algún momento vas a sacar, leer y quemar.
Las inoportunidades son esas espinitas que se te han ido clavando en la piel hasta el punto que la costumbre te deje, que un día sin mas ni mas, te las quitás dejando el agujero, sabiendo que de nada servía lamentarse por ello.
Son esas reacciones que te dan un miércoles a eso de las diez de la noche mientras tosés y te reclamás lo estúpida que has sido (lavarte el pelo de noche y estando enferma) mientras dejás que tu estomago haga ruidos por que nadie te sugiere tacos para la cena...


¡Ay, como extraño los tacos...!

domingo, 8 de febrero de 2009

Aun sueño con el que sueña con gorilas

amo mi país por su historia, amo mi país por su cultura, amo mi país por su gente y sus calles...
pero esas calles tienen militares
y los militares levantan armas, apuntan y disparan
a los inocentes que pasan

Cuando lo extraño

Y es que ya se me ha hecho costumbre, sentarme en este escritorio y murmurar tus ideas hasta que sienta que te extraño.
Tú has logrado revolotear tu camino hasta acá, revoloteas con tus lineas salidas de sitio, con tus mágicas palabras, tus bellas observaciones.
Te pregunto ¿Es posible extrañar algo que nunca ha sido tuyo?
Y respondes que si, si lo creíste tuyo. No entiendes que hablo de tus labios, de tus frías manos, de tu delgado cuerpo. No entiendes.

Me despido de ti a diario, soñando tu mirada mientras tu sueñas con gorilas y gritos de multitudes que corren.
Cada risa que explota en ti me saca un suspiro...
Y voy suspirándome la vida entera, soñando tus abrazos cálidos.