jueves, 31 de julio de 2008

Principio del final

por que después nada será igual...

Se levanta pensando en el momento siguiente, en lo acordado y en lo que queda. Está consiente de que el tiempo se está escurriendo rápido y cuando vuelva no va a regresar. Lo define como el final y se siente dramática por ello.
Un año entero.
Año y medio, pero uno para ser libre, ser realmente libre.

Se levanta pensando en eso, se viste pensando en eso, come pensando en eso y fuma pensando en eso. La condena es auto-infringida piensa, se ríe. Ya va siendo hora de dejar de darse por vencida, ya va siendo hora... De nuevo piensa en los dos días que faltan, el año que se viene, las sonrisa que se pierde...

Y se ríe del principio del fin, como canción de los ángeles... Pero se deja llevar, sabe que esta acabando y tiene que dejarlo terminar. Y después de rimar como gato en el sombrero, se decide finalmente a dejar de hablar de si misma en tercer persona.



Abajo, la idea original (darle clic para entender):

miércoles, 30 de julio de 2008

Tambien Sueña

Soñó construían, eran varios y todos amigos. Construían casas, construían sueños, pequeños pedacitos de luz. Y entre ese movimiento ella soñó una criaturita de no más de siete años, siete inviernos. Y golpeado y raspado por la forma de vida y el movimiento, la criaturita le sonrío y ayudó por un momento.
Claro que le dolió verlo así, tan lastimado por incontables sucesos, pero pensó (en el sueño) que la criaturita tendría esas heridas por unos días, dolerían a lo mucho por unas horas. Que las picadas en brazos y piernas eventualmente se curarían, que los golpes sanarían. Como siempre había pasado, pero la lluvia esta vez ya no lo iba a asechar, dormiría tranquilo y seco, como debía ser. Ahora tendría un techo aunque pequeño, ruidoso y no muy bonito, pero que iba a aguantar el viento y agua que vendría. Y con esto le devolvió la sonrisa, sintiéndose mejor por haber logrado aunque sea una sonrisa merecida.

Pero al despertar, todavía con el verdor de la grama en los ojos, pensó en lo soñado y aun sonreía. Esta sonrisa se derritió despacito, al darse cuenta que su sueño no existía, pero en mas de algún lugar habría una criaturita, con las mismas picadas, raspones y heridas. Pero sin techo nuevo bajo el que dormir, y así comenzó el día. Otro miércoles para variar.

martes, 22 de julio de 2008

Preparación

La misma rabia que nos ha ido conquistando por todos esos años explota sin avisar en la cara. Y que mas queda que abrazarla y dejarse llevar por ese cálido abrazo de dolor. "Pobrecita" pensás, mientas vos sos quien ya no aguantaba y pidió ese abrazo con desesperación. No, ella no gana, ni vos perdés, pero te vas dando cuenta que realmente no queda nada ni nadie. Maldecís de nuevo, más ahora que cenás sola donde nadie te ve, releyendo el mensaje donde te cuentan qué ha sido de quien, y dónde.
El dolor no ayuda, ese maldito dolor y que nadie a quien le importe lo sepa. Pero eso va mas allá del problema, dado que casi todos con quienes has hablado lo saben.

Pero la rabia que explotó es lo de menos; ya ni siquiera importa lo que te llevó a ese punto, o como te fuiste dejando arrastrar a esa nostalgia.
Todo va quedando de lado cuando escuchás que alguien allá afuera también necesita compañía y pide la tuya, cuando te vas dando cuenta que él quiere de vos lo que vos de él y que todo es tan obvio que no intentaste verlo antes. Maldita la hora para que no podás sonreír, maldita la hora donde no podés solo agarrar uno y perderte en el humo, maldita la hora y esos hilos que te están volviendo loca.
Cuando tus piernas recobran el sentido y escogés una dirección para seguir, ya te conformaste y al hacerlo te diste cuenta que llevabas la imagen que debías. Ya aceptaste el frío y sudaste el calor y dejaste que las manchas se lavaran de tus manos con lluvia. Cuando finalmente te levantás y te vas, ya sos la última y poco importa; igual que serías la última lo supiste desde que comenzó.
No te hartás, por que te das cuenta que lo has hecho bien, y no te rendís por que ya no parece competencia. Te queda todo para ese último pedazo, ese año en que la vereda será cuesta arriba y no vas a parar ni por agua, ese año que comienza en semanas y terminará en milenios... Ese último año, en el que no te vas a convertir en lo mismo que ellos...

Luego del resto

Sí, todos son unos cobardes, completos e inútiles cobardes.
Cuesta tanto darse cuenta de la cobardía que sufre la gente, por lo menos la que me rodea. Eso de temerle a que los conozcan, o a despedirse, a tener cualquier tipo de contacto o siquiera eso de decir la verdad. Cobardes con mayúscula y muchos signos de admiración, cobardes recalcados con marcadores amarillos o luces neón. Cobardes, son unos malditos cobardes que me enseñan día a día a sólo ser otra cobarde mas.

Silvio cantó sobre la cobardía:

"La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí­.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar."

Y Silvio tiene razón.

Pero mas allá de la maldita cobardía que nos ataca es necesario quejarse, lamentarse y maldecir lo que la cobardía ha provocado. Es decir, que huir sea mucho mas que solo una opción, que se convierta en la única. Que al huir sea indiferente la despedida y que una vez lejos se rehuse a toda posible cercanía.

Ah, malditos seamos los cobardes por dejarnos consumir por nuestra naturaleza.
Y en lo que resta, ya lleva ratos abajo y el mayor sufrimiento físico prolongado hasta ahora:



Ya sin miedo se incorporó frente a los tres doctores que la observaban. Se secó las lágrimas disimulando, mientras uno de ellos le sonreía ofreciéndole un brazo para caminar. Intentando sonreirle de regreso, ella tomó el brazo y murmuró palabras incomprensibles, que luego olvidaría. Sintió la soledad, la anestesia y el frío, y tambaleándose se dejó llevar al momento mas cercano.
Al despertarse no recordó mucho, únicamente el olvido del día antes del anterior y la soledad del que le siguió. Reconoció en la incomodidad del vacío los hilos que mantenían los pedazos de piel unidos y se negó a llorar de nuevo, pues sabia que mas allá de esos hilos, ya no quedaba nada. Y aunque no escuchó, la voz del otro lado insistía que más allá de la condena quedaba todavía una vida.
Tragó las pastillas con agua fría, no valía ese día para mas que contar los instantes de lucidez, por lo menos hasta que ya no hubiese dolor.


lunes, 14 de julio de 2008

Repetición

"Librarse de eso, dejarlo ir y que acabe la cosa... que ya acabe la cosa."

No duró mucho con su cara de todo-estará-bien, su típica cara de ya-se-acabó-lo-peor, pues el pequeño aparato tirado en la oscuridad que la rodeaba a ella y a la cama se iluminó un pequeño instante para recalcar una llamada perdida. Las once menos seis minutos de la noche y no se movía, mientras en su rostro se corría la sonrisa como se corre la pintura cuando llueve.

No dijo nada, cayó donde estaba sentada y se quedó allí, viendo el vacio hasta que no pudo más. Giró lentamente hacia la derecha, dobló las piernas y tiritando acompañada por el sonido de la lluvia, se quedó dormida.

sábado, 12 de julio de 2008

Pedacitos de situaciones lamentables

"La idea de los rulemanes le pareció buena a Oliveira, aunque no tenía una noción precisa de lo que pudieran ser, pero desechó de plano la Heftpistole."

mentir hasta que todo sea maravilloso...mentir, mentir, mentir... eso es el mundo.. una mentira donde un iluso, un pendejo como yo..un romantico desgraciado y diminuto con cara de minotauro y corazon de ruiseñor; solo puede ser abolido por la especie dominante


ahh tu rabia, deliciosa e inútil, tu maldita rabia.
Como que nunca fueras a entender que no sabés, que no conocés...
Que ella no está en esos libros que te comen la cara, ni en las discuciones que insistís en tener para dizque conocer un pedazo más de ella.
Tu imparable rabia, insistente y terca como vos, te lleva a ese estado que tanto te gusta, tu pedestal allá lejos de nosotros.


Saborearlo. De eso se trata, de saborear eso que tenés... No podés seguir dejandote llevar por cada instante, por eso es que siempre te digo, saborealo y escupilo o solo escupilo. Pero hacé algo.

viernes, 11 de julio de 2008

Visita pasada por alto.


¿Qué significa exactamente "sudar esta fiebre"?

Escuchado durante momentos diferentes, con contextos no muy parecidos, esa frase aparenta sufrir la tal fiebre. No me meto, no es mi asunto.

Pero la vuelvo a escuchar, mientras veo a la niña tirada sobre la cama, temblando del frío que la domina mientras el sudor se acumula en su frente y en la sábana que la cubre. ¿Será que suda esa fiebre? No puedo evitar reírme a mi comentario, pero sin que me sienta me acerco a ella, colocando mi mano sobre su frente. La temperatura me sorprende y lamento no poder hacer nada. Aún no es medio día y entonces cualquier movimiento en la casa la puede asustar. No me puedo dejar ver, no puedo ayudarla y no puedo decirle nada. Paso la mano por el cabello, húmedo del sudor, frío y el nudo en la garganta es insoportable.
La inutilidad nunca fue tan macabra, nunca fue tan odiada. Me siento a verla, a los pies de la cama. Sé que de una forma u otra me va a ver. Pensará que deliraba en su estado, que no soy real. Pensará tal vez que le hago tanta falta que ahora me ve donde no estoy. ¿Qué será de esta joven cuando no tenga medio día que esperar? ¿Cuando no llegue nadie a quien le pueda pedir desesperadamente algo de tomar y unas pastillas...?
No puedo verla, es demasiado. Ahora realmente delira, mientras sonríe abrazando con fuerzas la almohada. Sueña que es feliz, que siempre lo ha sido, que tiene a alguien que ella quiere. Pues que sueñe tranquila, yo me voy lejos. Lo mismo sería que despertase para creerme allí que para no. Niña, ojalá solo sea gripe como decís y que cuando veas esto no te de esa rabia que te da por no hacer nada. Prometo venir a verte cuando estés bien y prometo, niña mía, que la próxima vez si me dejo ver.

jueves, 10 de julio de 2008

39 grados centígrados

Se retorcía en su delirio, a veces murmurando respuestas a preguntas milenarias, a veces solo pronunciando cierto nombre en voz alta. Se retorcía y la mano de la figura imaginaria se deslizaba por el cabello, acariciaba la frente o le aplastaba las manos hundiéndola en cariño.
Una creación de la mente, causada por las altas temperaturas o por el incontrolable deseo de ya no estar sola, estaba la figura a los pies de la cama, observando a la niña en su delirio, consolándola en su lloriqueo de infante enferma.
Se dice que en la infancia, para combatir la soledad el niño crea amigos maravillosos, existentes únicamente en la imaginación. No era para mas que ella creara a alguien que la visite cuando está sola y enferma. No era la primera vez que la cuidaba, pero si la primera que cobraba un rostro conocido y golpeaba con tanto ardor al vacío de la joven.
La observó con cuidado hasta que esta perdió la soledad entre la sabanas, la encontraría otro día, pero por el momento todo estaba a salvo.

miércoles, 9 de julio de 2008

Conversación ficticia y hostigante

Así que almuerzan todos los días...
Si, ella lo espera después de clases para irse juntos.
Y ella, ¿ya sabe?
¡No te estoy diciendo que ella lo espera pues!
No, no ella... Ella.
Ah, ella... No creo, pero es posible.
Deberías decirle, solo para que sepa. Alguien tiene que decirle.
Y para que va a saber, está mejor sin saberlo.
Pero... ¿y si un día decide acercarse? Debería saber...
Esta bien, pero vos le decís.
Vaya, ¿cual es el cel de ella?


¿aló?
Hola! mira...
Ah, que ondas vos.
Mira..
¿Qué pasó?
Es que estabamos hablando y pensamos que...
Uhh, es un milagro.
No, en serio, es que ellos.
¿Almuerzan todos los días? Felicitalos.
No pero.
Es recomendable que comás tres comidas diarias.
Entonces, ¿ya sabías?
Claro.
Ah va, vemos.
¿Eso querías?
ajá
Lu.


Bueno... ya sabía.
Yo le dije.
Ahh...
Ajá.

domingo, 6 de julio de 2008

Sueño maldito y maldita resaca

Lloro, como si fuera a servir de algo.
Y es que ya van tres, con esta, que ni sueño me da...
Menos mal que anoche el alcohol me dejó dormida.
No, nada importante por lo que va, pero no es el punto.
Hoy temprano, pero digo que no es a lo que voy.
Que ya no aguanto pues.
No se como salir de esta, van seis meses y estoy completamente perdida.
Que no, que no tiene nada que ver.
Pues sí, que me enfrasqué en el recuerdo por miedo a otra cosa.
No que no ves que...
Bueno, me duele un poco, no, justo allí, exacto.
No es que haya dormido mal es que...

Da igual el suspiro cuando se borra por el sonido de los libros al caerse. El olvido es olvido y se va borrando, y las sustancias van siendo lo de menos. Cuando se duerme mal o se sueña mal se amanece con esa malignidad colándose entre los músculos de la espalda, como un pez entre plantas... Y ahí se va deslizando hasta que no se siente, hasta que se olvida como el resto, hasta que deja de ser algo.

sábado, 5 de julio de 2008

Finalmente Desesperada

Después de dos semanas... Nada, absolutamente nada decente y seco...

¿Cómo se siente? cómoda. Eso de no tener que ponerse es buena excusa para todo, desde las faldas de niña buena hasta ese pantalón delicioso de lino que muchos dicen parece pijama.
Aunque en el fondo... ¿Qué putas? ¿Por qué no puede dejar de llover UN día, para que se sequen los jeans?

viernes, 4 de julio de 2008

Atención Comerciantes

En el pasillo 8 buscamos alguien que tenga la pastilla morada que parece vitamina que alivia cualquier dolor. Al parecer ha desaparecido y no se sabe de ningun pago o trueque que la involucre.

Ah, la miseria.
Había olvidado el sabor que tiene cuando el dolor te sube atravesando cada costilla hasta dejarse probar entre los dientes. Ese punzante e insoportable dolor que es el hambre.
Y no hablo de hambre cualquiera, hablo de esa que cinco minutos antes era nula, que no progresa sino que aparece instantánea, casi como el café mas barato y asqueroso del estante.
Y había olvidado el llanto, como se siente la lágrima verdadera cuando te volvés a acostar sobre ella, ellas. Como escuchar los lamentos saca más y más y despacio la respiración se detiene mientras el pelo se va mojando contra la sábana bajo la cabeza. Lo había olvidado, el verdadero dolor, ese abandono ilegible que aparece en las noches frías cuando se redescubre la soledad.

También había olvidado el olor de tu cuello, la paz que tus ojos al verme transmitían, ese cariño que inundaba cada molécula de oxígeno dentro de mi. El suave respirar que se sentía en mi hombro cuando me abrazabas, cómo se veía tu pelo cuando no lo lavabas. Había olvidado la fuerza de tu abrazo y la ternura de tu beso, esos labios que jamás me dejaron mentir. La sinceridad en tu voz, la sinceridad de tu voz, que aunque dicen que no reías, nunca dejaste de hacerlo. Las expresiones que lanzabas y el brillo que me dabas.
Había olvidado como me retorcía por tí cuando no estabas, como anhelaba tus silencios cuando solo escuchaba los mios, las palabras que te adueñabas sin querer con tan sólo pronunciarlas. Había olvidado tus manos en mi pelo, tus manos en mi cintura, tus manos en mis manos. Había olvidado como el sol se escapaba entre las hojas del árbol de en medio del parque y rebotando en mi, iluminaba tus ojos. Había olvidado la expresión que ponías cuando no querías parecer sorprendido pero estabas. Y cuando querías parecer sorprendido pero no lo estabas. La leve sonrisa que dibujabas cuando yo te provocaba, cuando mis gestos eran dulces y normales. Los pasos que dabas esperándome, los ojos que reflejaban los míos.
Había olvidado aquellos días en los que eramos libres, en los que te hablaba en medio de la noche para pronunciar dos palabras y colgarte. Las interminables conversaciones que duraban un minuto pero el reloj marcaba hora y media. Cómo me contabas historias cortas cuando te lo pedía, por que igual me estaba quedando dormida. Había olvidado el sonido de tu voz cuando cerraba los ojos y eras todo en el mundo, cuando estabas a mi lado gracias a un aparato. Había olvidado todos los sentidos que podría tener "dormir contigo".


Pero creo que en el fondo no olvidé nada, por lo menos nada más que a mi. Y hoy, justo hoy, recordé que te amaba.


Entonces la miseria, ese revoltijo en el alma que te parte las costillas a la mitad y te hace creer que es hambre. Las lágrimas tibias y suaves, imposibles de sentir. Tu nombre en el aire, tu rostro y tus palabras. Tu voz, tus manos, calmándome desde el recuerdo, abrazándome como nunca lo hiciste. La maldita miseria y darme cuenta que te dejé ir, que me fui, que ahora el mejor remedio es un niño. Una mumuja imberbe que no sabe ni siquiera distinguir el sarcasmo.
La puta desgraciada miseria, y yo, atrapada en ella.
La puta desgraciada, maldita infeliz miseria, y yo que decido recordarte cuando sé que no volveré a verte como eras. Cuando sé que esta vez realmente te fuiste y yo me quedé del todo aquí sentada.

jueves, 3 de julio de 2008

Agradecimiento

Por que ahogándome en la típica desesperación rogaba por noticias, de tu familia, tu hermano. Quería agradecerte que de la forma más inesperada lo pusiste allí, con la novia y tus padres. Sé que la vida no se les va a convertir en un carnaval de colores, que a partir de esa tarde (¿noche?) todo va a ser siempre diferente.
Pero ahí estaba, sentado con una sonrisa de quien sabe que vale la pena mirándome y saludándome.

miércoles, 2 de julio de 2008

Jazz

La historia del flautista, se robó a todos los niños con la magia de su flauta...

Este no se robó nada, pero vio la lluvia caer conmigo y mencionó a su hijo, me dejó embelesada pensando en la alegría de vivir una vida como se vive cuando se es feliz. Y la que es su mujer, lo espera en casa, que regrese pronto y con bien, quizás algun día le vea de nuevo, con un poco mas de magia en los labios y el un poco mas de cariño, y que los traiga pues, ahora los quiero conocer!

Ah... y su amigable amistad, la felicidad en sus palabras, el amor por la musica y la vida y con todo, por verme como una hija o sobrina, me llenó a mi también de alegría.


Pero la historia del flautista, que al verse estafado se roba la alegría de un sitio... ¿Para donde se lo lleva?
Yo vi a donde, se lo trajo para acá. Estaba ahi, tirada en el vacio, solitaria y olvidada, y él que cargaba tanta alegría, se la dejó caer toda encima. La lluvia, el cigarro y la música eran para disimular, como aquel día cuando ella perdió los borradores y dijo haberselos robado.
El flautista de hamelín, su flauta que escupía jazz y la magia de sus ojos, menos mal que la juventud aun mantiene el respeto. Quisiera querer mas a la música, quisiera poder haber entendido algo. El flautista y la paz que me dejó, ojalá la proxima yo se la deje caer a alguien, o no haga falta del lugar de donde él la trajo. El flautista, el jazz y la familia, queremos todos una igual y él nos ha demostrado lo posible.