martes, 30 de septiembre de 2008

Niebla

Pasando por la frescura de la madrugada, entre gota y gota de las que quedaron, los pasos van quedando borrados. El frío parece venir con la luz, atrapados el uno al otro se dejan caer sobre la mañana.
El sonido del joven trotando se acerca por la acera, un respirar pesado que manteniendo su ritmo se le acerca lentamente. Siente la tibieza del trote en cada golpe seco que los zapatos dan en el cemento del camino. Pronto sus pasos son superados por ese ritmo incansable y lo ve alejarse en un suéter sudado que va tomando tonos más grises de lo que fueron horas antes.
Era una distracción placentera, ver al joven sobrepasar su camino en la tibieza del vapor que lo rodeaba, cada mañana.


Al llegar al pequeño puesto de la jovencita que vendía café, como se le había vuelto rutina, sitió en el punzante dolor de la rodilla un calor diferente. Se sentó en la banca rogando por que la diferencia fuera buena, cuando el dolor se tornaba en puro calor, quemándole la piel desde adentro, expandiéndose hacia el resto de la pierna.
Hacia el pequeño vaso de durapax, casi tirado al suelo por la brisa matutina, se deslizaba el río de café. Pidió otro, tomándoselo por sorbos mientras sonreía renovada.

Vos y tu memoria de caracol =D

Te soñé de nuevo, esta vez no me hiciste falta.
Es que a veces te colás por estos ojos, estas ventanas y estas hojas y te recuerdo, pero a veces no y es entonces cuando te hablo.
No hay temor, tengo que admitir que te fuiste rápido. Alguna vez hubo temor, te tuve miedo; a vos y a tus reacciones erráticas...
Ahora ni estás, ni sos, ni soy; y eso... Pero no temo mas, ni por ti ni por mi, ni por nadie.
Y sabés... Hoy cuando venía, me pegó la conciencia, me sentí mal por él, por lo que vos hiciste. Lo que YO hice. Y vos... ¿cómo borrás así nada mas a alguien?
¿a mi? y todo después de decir que jamás, que te quedabas... Aún después de todo lo que pasó.

Ya ni siquiera querés irte, estoy más que segura. Lástima, ahí donde estás te vas a quedar estancado, vas a ver. Vos que tenías potencial, harás lo que tu madre quiere, aunque te odiés luego...
Aguantate, vos solo te has ido tejiendo ese caminito de nudos de lana y entre ellos te amarrás... Hasta que no los sintás en el cuello, quietecito te vas a quedar. Después va a ser demasiado tarde. =)
Voy a sonreír cuando diga "te lo dije" aunque no te lo diga. Voy a sonreír igual, por no lamentarte.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

La Mono

Y que si hago un cuento corto de JC, que si hago el último poema de AS, que si hago uno que compare clases de MB, que si hago el de él y sí mismo... Borges!

Me vuelvo loca y me siguen dando ideas!
Y ellas, igual que yo, se emocionan entre mas mencionamos...
Y yo.. ¿Cómo el estilo del lenguaje en el poema tal refleja tal cosa?
¿Cómo por medio del estilo en el cuento tal refleja tal otra cosa?
¿Cómo tal persona en tal poema utiliza el lenguaje recalcar tal temática?
y vomito preguntas, millones de preguntas...

Y ente más vomito, más tengo para vomitar. Entre más busco, más encuentro.
Y ellas, entre risas me da cada una su opinión sobre tal o cual autor. Que haga al primero, la otra que haga al segundo...

Me vuelvo loca! Y necesito tu ayuda, amigo mencionado en el post anterior... Pues cuando dijeron Alfonsina Storni, me acordé de millones de cosas. Cuando dijeron Benedetti, se me olvidaron todas. Y ahora, la verdad no necesito de vos, pero esto siempre lo quería, para poderlo compartir con vos...

Insisto con los insultos, ya no me queda otra cosa...

viernes, 19 de septiembre de 2008

El sitio

Se volvió triste, me dejó de gustar...
Una vez le dije, cuando le decía, que solo me faltaba cobrar agallas.
Creí que eso me faltaba, pero no, lo que me falta es el agua.
No se puede sin agua, no se puede sin mar.

Una vez le dije, cuando le decía; le dije que lo quería.
Nunca le mentí. ¿Creés que se acuerde de mí?
Infame, insensible, perspicaz. CEROTE
Muchas veces le dije, no creo que me haya escuchado, que le decía que era mi amigo, que no se alejara.
Ay maldito, ya ni de casualidad sé de vos.

Se volvió triste, me dejó de gustar el sitio, y vos que nunca me animaste.
Sé sincero si te pregunto si te gustaba la idea. Yo sé que no te gustaba y no te pregunto. Pero si lo hago, sé sincero y admitilo.
Ni la idea ni el sitio. El sitio triste y condenado.

No quería condenarlo, pero que se podía si yo no tuve salida.
Pobre sitio, pobre triste y solitario sitio. Lo visito a veces, yo misma comercio con todo. Y vos... quiero verte cuando se me acabe.
Y te cuidás, por que te toca.

lunes, 15 de septiembre de 2008

¡Ay! Qué bonita la lluvia.



Cuando caen esas primeras gotas y lo escuchás venir, desde lejos y despacito se te va acercando; sabés que viene y en la brisa se puede sentir su nombre, allí es cuando sonreís sin dudarlo y disfrutás la corta carrera hacia el techo mas cercano, justo antes de quedar empapado.

Pero ¡ay! que no, cuando ya bajo el techito te vas dando cuenta que el agua no tarda en deslizarse a tu lado por el suelo, correrse por las paredes, deslizarse desde el techo y mojar todo. Y te le quedás viendo a la cama, en ese rincón oscuro que sabes que se está mojando.
Afuera, una estructura inestable a media construcción, la arena y la grava mojándose. A tu lado, otras ocho o diez personas, apretados todos escondiéndose entre risas de la lluvia.
Y la nostalgia va desapareciendo cuando ves que el sol sale y lo ilumina todo y podés con tranquilidad saltar entre el lodo para continuar lo que hacías.

Y que bonita, bonita en realidad, es la lluvia cuando en tu casa, tu suelo, te sentás a verla y pensás en la niña Mary y la niña Marta, en sus casitas sin mojarse, que ahora pueden luchar por otras cosas que no sea contra la lluvia. Y pueden ahora, sentarse bajo techo y mirar afuera, igual que vos, y pensar en otras cosas disfrutando la brisa fresca que trae el invierno.

martes, 9 de septiembre de 2008

Voy a ser tía y no tiene nada que ver con el post!

Pasadas ya las ocho de la mañana y en el aire flotaba ese viento que flota todos los viernes. Era martes.
Cada cruce, cada sonrisa, cada palabra resonaba en ese aire de viernes. Condenaba la idea de ese aire de viernes, arañaba el olvido de los días restantes.
Pasadas ya las ocho, la hora cómo comienza siempre: ver el reloj y saber si va tarde, saber que va tarde. Va tarde, tarde... retarde. O verlo y saber que puede empujarse y darse la vuelta, seguir envuelta en sueño.
Pasadas ya las ocho, comenzar como todos los días, con ese humo entre las manos, el hambre bajo las mismas y una suave sonrisa.

Esa mañana siguió la costumbre, sin hacer caso a que era el último, sin hacer caso que allí terminaba todo ese lado del recuerdo. Faltaba uno, claro que faltaba uno, pero por las mañanas habrían terminado en cuanto -después de este- terminara ese tan mentado humo.
Ceremoniosa como siempre se dejo llevar por los pasos, continuar la rutina, cumplir con lo esperado. Ceremoniosa como siempre, observó los espacios que dejaba y se deslizó satisfecha hacia ese pequeño frasco donde todos esperaban guardarla. No duraría mucho adentro... Sólo unas horas, unos días... un triste año mas.
Deslizarse cada mañana hacia el frasco, dejarse encerrar y aparecer afuera en la tarde, sin previo aviso. Estúpido cansancio.

Se dejó enterrar: aún era temprano. La pobre tortuga se dejó enterrar mientras miraba con ojos llorosos a quien la señalaba. Pensó en la lluvia y mientras soñaba con ue llovía se dejó enterrar...

viernes, 5 de septiembre de 2008

Comerciante encontrada!!

Conocida por pelusa, esta joven decidida se muestra animosa a comerciar con situaciones. Aunque con pasos temblorosos, la nueva comerciante se dispone a preparar la primera situación para el sitio.
De cabellos multicolores, como la criatura que siempre comercia sus situaciones, y de movimientos erráticos al mostrarse hiper activa, pelusa nos muestra el mundo desde una nueva perspectiva, donde promete que cada situación será única y fantástica.
Su estadía por estos rumbos aún esta indecisa, será que parece pulgosa o quizás que le desagrada a las autoridades (¿pero como sería buena comerciante de lo contrario?). La comerciante durante la cena comentó, que para comenzar el comercio en su vida, el sitio de comercio es la mejor oportunidad que ha encontrado. Y aunque la soledad del sitio es evidente, está dispuesta a compartir lo que ella sepa.
La joven también insistió en que antes de su primera situación, se le permitiera relatar una parte de su historia para darse a conocer.
Aquí nos habla de lo que supo decirnos esta nena:

ddddddddd shzzzzzzzzzz <<<<<<<<<<<<<<<ñp kkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk kkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkcxffffjdddddddd ehhhjjjjjjj*-''''''????????'v .......................llllllllllllllllllll llllllllllllllll{ppppppppñl llllllllllll|bnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn nssssssssssssssssssssssssssfcccccdgggggggggggg gggggggggggggggg<<<<<<<<<<<<<< onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpuNeUeNLgimcljBMd26bt3blKeqrDpfBQHBgzc-EPIKq2WqSB5CimeJjDU1hN5kNyqXVWhXLpUuYSvORy9tRec71uFhJz1ErRyZw4r9Wh0isS9_HhSOgxNAoOIcD4nGn-vXhJpv38vtU/s1600-h/img_0563.jpg">

jueves, 4 de septiembre de 2008

Décimo.séptima Situación Comerciable

Salió del aula, impresionada por que al levantar la vista nadie se encontraba en los asientos de su derecha. El silencio era sofocante al principio, le ahogaba el saber que no provenía de su cabeza esa paz que empezaba a inundarla, a calarsele hasta por entre los dientes. Los pasos temblorosos en el pasillo pronto se convirtieron en un mar de pasos, un correr de sonidos que de preocupación pasaba a euforia mientras veía dentro de cada aula mesas con computadoras abiertas, celulares en los estuches, lapiceros sobre los cuadernos. Finalmente entró a la oficina del que allí cuidaba, el teléfono descolgado se movía de un lado al otro bajo el escritorio, casi apoyándose en el suelo.
No había nadie, ni un guardia, ni un alumno ni cualquier otra persona. Buscó, por horas buscó y continuó encontrando las muestras mas evidentes del abandono del sitio, del sitio completo. Se decidió a buscar en la calle, a finalmente comprobar sus sospechas.
Pensó en dirigirse primero hacia una parte llena, comprobar de una sola vez lo que se temía, pero que ¿y si en lugar del completo vacío que esperaba se tropezaba con un mar de automóviles moviéndose bajo la perfecta y predecible rutina...? ¿Y si se había equivocado?
Caminó hacia arriba, donde hasta en momentos normales encontraría un vacío sofocando el asfalto. Y tras empujar sin mucha fuerza el portón que la separaba de la verdad, dio los primeros pazos de libertad pura.Nada, ni adentro ni en ningún otro lado. Luego de haber descubierto la libertad, había encontrado en el asfalto un silencio aún mas sofocante que el de adentro, mas sofocante que el vacío de las aulas. Luego había empezado a caminar entre carros en marcha, apagando la mayoría y dejando las llaves en la puerta de cada uno. Le era imposible controlar esa compulsión de apagar cuanto automóvil encontraba.
Había alcanzado a llegar ya hasta un centro comercial a mitad del camino, buscando un medio mas rápido en esa soledad incomprensible. Y se adentraba en la cocina de una de varias tiendas del área, buscando algo para refrescarse cuando escuchó un ruido afuera. Sacando sólo la cabeza y bajando el vaso con el frío contenido, vio una sombra escurrirse hacia la tienda de al lado. Probablemente con la misma misión, tomó una cuchara y salió emocionada, considerando la posibilidad de compañía.
No entró a la cocina de al lado, pues al reencontrarse con el abrazo de rayos UV y el agobiante asfalto, la sombra se incorporaba frente a ella. Con esos ojazos verdes que la reflejaban desde ya hacia tanto, la sombra sonrió alegremente al reconocer el rostro de su compañía.

-Somos seres de tiempo.

martes, 2 de septiembre de 2008

Ética

Cuenta la leyenda que cerca del amanecer de cada día se retuercen un par de piernas adheridas a un cuerpo, lamentándose de verse allí atrapadas, a un cuerpo condenado a no ser libre.

No consideraba normal decidirse a salir a la calle, sólo a ver la calle misma. Algo había. El espectáculo que la esperaba no era menos que sorprendente: carros encendidos y otros apagados, ventanas abiertas y en cada carro las llaves prendidas. Pero ni un alma que junto a ella saltase en euforia.
Se despertó retorciendose como siempre, pensando en las excusas que utilizaría ese día.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Sobre quedarse dormida

¡Que no te pasaba! ...que no te pasaba, no te pasaba.

No era para más, con mas de 30 horas sin dormir... Y que se quedara dormida, así tirada y todo, sobre la cama sucia y ajena.
Que no te pasaba, juraste que te ibas a despertar a tiempo... Pero fallaste, te fallaste a vos y a ellos... Sólo estabas cansada, claro que se entiende. Pero era un año criatura y no te moviste.

Nunca se les ocurrió, nunca se les paso por la cabeza...

Y cómo lloraste cuando te despertaste dos horas tarde, las lágrimas inundaron el baño y tu cuarto, el resto de la casa. Dabas una lástima, casi era para decirles, pero nunca te pasaba...
La desolación se te leía en la cara, en los gestos y en las manos. Esas temblorosas manos que golpeaste contra la pared hasta que las sentiste de nuevo. Un año criatura, y no te moviste...

No te pasaba, pero dijo ella lo bello que estuvo. Y él, que no te preocuparas, que era comprensible y por algo pasan las cosas... Él tan mágico como se deseaba, resulta estar bajo cualquier circunstancia, ojalá lo hubieras conocido mejor.


Me hacés tanta falta. Hoy un año, y en tu memoria Mario, me quedé dormida y no fui a la misa. Lo siento. La condena es fatal y me hizo no dormir...