miércoles, 2 de julio de 2008

Jazz

La historia del flautista, se robó a todos los niños con la magia de su flauta...

Este no se robó nada, pero vio la lluvia caer conmigo y mencionó a su hijo, me dejó embelesada pensando en la alegría de vivir una vida como se vive cuando se es feliz. Y la que es su mujer, lo espera en casa, que regrese pronto y con bien, quizás algun día le vea de nuevo, con un poco mas de magia en los labios y el un poco mas de cariño, y que los traiga pues, ahora los quiero conocer!

Ah... y su amigable amistad, la felicidad en sus palabras, el amor por la musica y la vida y con todo, por verme como una hija o sobrina, me llenó a mi también de alegría.


Pero la historia del flautista, que al verse estafado se roba la alegría de un sitio... ¿Para donde se lo lleva?
Yo vi a donde, se lo trajo para acá. Estaba ahi, tirada en el vacio, solitaria y olvidada, y él que cargaba tanta alegría, se la dejó caer toda encima. La lluvia, el cigarro y la música eran para disimular, como aquel día cuando ella perdió los borradores y dijo haberselos robado.
El flautista de hamelín, su flauta que escupía jazz y la magia de sus ojos, menos mal que la juventud aun mantiene el respeto. Quisiera querer mas a la música, quisiera poder haber entendido algo. El flautista y la paz que me dejó, ojalá la proxima yo se la deje caer a alguien, o no haga falta del lugar de donde él la trajo. El flautista, el jazz y la familia, queremos todos una igual y él nos ha demostrado lo posible.

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