lunes, 3 de noviembre de 2008

Te tenía una pregunta

Me encuentro en esta noche oscura, extrañando tus silencios, rogando por que llames... De nuevo me encuentro contra el reflejo, que putea en lengua extraña, me dice nombres que no entiendo, me llama por todos mis apellidos.
Y grito entre mis pasos, que pare todo esto un momento... y verte de nuevo.

Me han llamado cuanto insulto se te ocurra, pero nadie antes de ti me llamó puta de forma que doliera, ninguno antes de tus ojos bajó la mirada para enterrarme el alma. Llegaste y te fuiste, no dejaste ni un teléfono, una foto o una carta para añorarte. Todos los olores ahora son tuyos, todos los abrazos y los besos, aunque no sean mios. Cada acera de esta maldita ciudad se ha convertido en un paseo de tarde que recorrí contigo, cada parque es ahora una noche de media luna en la que platicamos de nada.

Me rodea la idea de detener todo este misterio un minuto -sólo uno- y nombrarte tantas veces como me quepan en la garganta, retorcerme soñando contigo, gritarte desde tres calles de distancia... Me rodea la idea, pero no puedo darme ese lujo de escribirte tres párrafos para decirlo.
Sabés mejor que nadie lo que se vuelve todo esto, y vos vivís en otro sitio, cada día es un país nuevo para ti y yo, yo soy el olvido, el exilio o la patria...?

No hay comentarios: