jueves, 6 de noviembre de 2008

18.


El silencio lo era todo, en ese momento el sabor era todo, las palabras... lo que se te ocurriera, era todo...

No la dejaste avanzar lo suficiente, quizás por miedo a esos ojos grises que siempre te gritaban desde la nieve.
Tenías días de no sentir el frío tan cerca, tenías meses de no dejar huellas blancas, tenías años de no caminar descalza sobre algo congelado...

Y usar los puntos suspensivos, ponerte los lentes, echarle miel. Todo. Lo era todo.
No tenías que regresar, te dije que regresaras... Y viniste pero no duraste, escapaste a Nicaragua. Como todos, a Nicaragua, por que claro, lo era todo.

Aquí voy a estar, sin prisas ni temores, hasta que volvás. Aquí sentada y quieta, aunque te tardés mas de la semana que prometiste, aunque te tardés lo suficiente para querer levantarme, moverme, huir. Aquí voy a estar amiga, esperando que volvás.

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