
Cuando finalmente amanece octubre, después de haber dormido los primeros veinte días, los pasos cambian de color, los ojos cambian de puntos y el viento trae otros nombres.
Hoy hace un año pasaban tantas cosas... Ella se quedaba parada viendo el vacío, sin moverse ni para respirar; él se alejaba olvidando despedirse, habiendo entregado el anillo y el alma. Y yo, agachada en el suelo, temblaba de verlo acabar.
Hace un año vos prometías el mundo, la vida, la paz... Y ella desesperada, abandonada te creía cada promesa, esperando que la felicidad tuviera la fuerza.
Hoy por fin ha vuelto a amanecer, deja las estrellas escondidas, mientras hace un año ya es finalmente pasado.
Se dijo mucho, pero es hasta hoy que finalmente debe seguir adelante. Un año después ya es momento, ya es justo...

Sonríe... y todo se convierte en una mancha colorida de octubre, dónde conoce el sabor de la vida.
Ella finalmente se decide a levantarse, sólo por que hoy ha amanecido octubre.
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