jueves, 23 de octubre de 2008

Un Cambio

No era el hecho que practicamente le hubieran forzado esa sonrisa, ni era la incomodidad que estar cerca de él le producía.
No era nada de eso, simplemente necesitaba algo.

Terminó comprándose el verde fosforecente, por ser inusual e inesperado. Era su algo necesario. Y cada vez que lo mordía olvidaba la fecha, el lugar y todo lo que eso pudiera conllevar.

Pasada la hora de la cena, al leer el frío mensaje de "llamame mañana" se dio cuenta que la felicidad era impuesta.
Sí, le dijo que pasara buenas noches, que se cuidara... (que buena rutina) y ella creyendo en la sinceridad se alegró del "al contrario, quería hablar con vos..."

Ingenua, inútil e infantil... como siempre.

Repentinamente se levantó de la mesa, casi dejando caer el vaso con dos tragos de agua. Quería algo azul y nuevo, algo para recuperar las esperanzas...

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