martes, 15 de abril de 2008

Su Historia (Segundo pedazo deformado)


Los días sin ella se tornaban cada vez mas soportables, como convirtiéndose en reales, vivibles y tranquilos. En el silencio de la boca del joven de nariz aguileña se escondían palabras, no era necesariamente obvio, pero era de esperarse. En los ojos se perdían los minutos e iba demostrando con cada suspiro que la dicha pérdida era en realidad todo lo contrario.

La narrativa es asquerosa y carece de estilo, y como ir encontrando el estilo si la llamada inspiración se fue desde que apagó el teléfono, para dormir sin esperarla. Si tan solo apagarlo fuera tan fácil de este lado, si existiera control sobre los dedos para irse recuperando lentamente de la enfermedad mortal. Supongo que la flor nacional muerta a diez grados a la izquierda no tiene mucho que ver con la que apenas florece, así como el dolor no tiene nada que ver con el pasado. Cambiar el tono satírico para que parezca una composición critica real y no una mofa de la personalidad propia, si hubiera señal tal vez. “Los días sin ella se tornaban soportables” dice pero no le creo, del otro lado es lo contrario aunque no he de contar la historia de ella. Él es el centro de esto, el arrogante, egoísta y único centro de esto. Si utilizara menos puntos quizás sonara el estúpido aparato; o tal vez suprimiendo toda tilde, signo de puntuación y concordancia entre el sujeto y el verbo... Quizás si alguien estuviese dispuesto a corregir esto.

En el instante siguiente al punto desesperó olvidando completamente la idea del texto, terminando de perder toda esperanza y finalmente concluyendo el proceso de arrancarse el corazón, limpiar todo sentimiento y olvidar toda humanidad.
Casi como literalmente desgarrarse el pecho con las uñas y hundir la suciedad de las mismas en la piel, hasta encontrar un latido. Apretar la húmeda masa del tamaño de un puño, apretar la viscosa humedad y metiéndole también las uñas, sentir como el tibio líquido empieza a correrse por la muñeca, tiñendo el brazo de rojo. Tirar del dichoso órgano húmedo y reventar las venas pequeñasprimero, escurriendo más sangre por la camisa; a ese punto arruinada.
Tirar y tener que hundir las uñas en la aorta, la carótida y el resto de inútiles conductos que detienen la viscosidad en su mano. Usar la otra para sacarlo más rápido, usar ambas manos y llenarse de tibieza, sacar gota a gota toda la tibieza y dejarse llenar de la viscosidad de la misma, dejarse embadurnar completamente de ese líquido colorado. Disfrutar la viscosidad y su tibieza y admirar una vez afuera el rasguñado corazón, carente de tantas heridas mencionadas, carente de todo corte mas que los de las hendiduras de las uñas hechas para sacarlo. Un latido débil y continuo, la tibieza que continua rebalsando su viscosidad; y entre tanta sangre la magnífica crece sintiéndose libre de todo sentimiento, ignorando a totalidad la ironía de la sonrisa.
No, el dolor era demasiado como para expresarlo, seguiría pensándose libre hasta que la vida misma la desmintiera, de cualquier forma no había señal en ningún lado y la belleza del paisaje no la cautivaba, era mas la irritación del ojo derecho la que asumía control. Después del punto bajó la pantalla y se deslizó silenciosamente hasta la escalera. No era fácil bajar y mucho menos de noche y con el dichoso ojo tan jodidamente hinchado.

1 comentario:

Oo dijo...

Florecer, marchitarse ¿Qué propósito tiene lo verde con la fijación al centro? Relatar la historia, justificando la impotencia sentimental de un personaje gracias al despotismo del centro (otro personaje) como si este fuera la razón mágica de toda monstruosidad en el otro, es simplemente infantil; tanto para hacer a las mismas almas representadas: creíbles.

¡Felicidades! Es una descripción de sujetos impresionante...La etopeya de la decadencia y la metáfora constante del tormento que en verdad no es irrevocable, usa para sostenerse perfectamente al hedonismo en el juego de voluntades que se crea en el otro lado, como si fuera insondable, y la relativa estupidez con que se empuja todo y sin raíces en el lado restante....
Plasmar la permanencia en los refugios con la contradicción de la libertad (porque esa libertad, la misma prosa la transfigura y niega, y la desdobla y la vuelve una mentira, una idea risible) es un logro literario envidiable, aunque podría ser redactado de otra forma.

La lucha entre los falanges y la bomba ventricular es una excelente representación del dolor sin cauce. Es un romanticismo bien logrado en todo el texto. Creo que rara vez se ve tan clara la desidia a la formalidad y solemnidad aparente del mundo. Sustituída por una desaforada y salvaje sucesión de impulsos que parecen defender lo que a la vez desprecían. "...y admirar una vez afuera el rasguñado corazón, carente de tantas heridas mencionadas, carente de todo corte mas que los de las hendiduras de las uñas hechas para sacarlo..." Si bebieras de ese recipiente vejado, bien podrías ser un nuevo Byron (No sé si esto es completamente un halago).... Historia "jodidamente hinchada" de esas que todo mundo huye, de las que esperas enterarte solo en libros y rogar que nadie la haya sufrido. De esos personajes para los que todo mundo entre la audiencia tiene un consejo y una aseveración que ya son en vano. Personajes que no se pueden vivir y se adoran interpretar (la humanidad cínica)
En fin, espero que todo esto sea fruto de una ignominiosa imaginación y no de una experiencia propia de inquietudes vacías (que sería, en verdad, una sentencia eterna del insomnio)... Espero, aunque sé la verdad.